Vía el twitter de Ushahidi leo, Bread and Circuses: The State of Web App Startups:

Algunas citas (aunque merece ser leído de principio a fin):

«However, more and more, I am royally pissed off that so many bright engineers, good entrepreneurs and capable venture capitalists are throwing resources into problems that no one really has. They’re creating “bread and circuses” in a digital format — apps that are wildly popular, infinitely entertaining, and exactly what people want.»

«Many of the apps we have nowadays — the successful ones, at least — revolve around game mechanics, addiction, self-reference, and narcissism.»

«I would like to propose that technologists apply their ample skill to solving the real problems of humanity, not just the perceived problems of their very privileged social set.»

«Does my work as a technologist really help people? Am I solving a real problem, or am I chasing personal success?»

Y claro, es inevitable pensar en la cantidad de profesionales, de mentes lúcidas y creativas (por ejemplo la gente de la publicidad o incluso de la comunidad científica) dedicando sus esfuerzos a eso, al pan y al circo. Una pena, tal y como está el patio.

Desde hace tiempo me gusta pensar el efecto que tiene nuestro trabajo y nuestras acciones y ver:

  • como afectan al futuro del colectivo en el que participo
  • como afectan a nuestra vida
  • y mirando más afuera, como nos acerca a nuestro Otro Mundo Posible

Pero leyendo el artículo en cuestión me hace reformular preguntas similares pero ampliando más el foco y dejando a un lado lo tecnológico:  ¿Realmente tus acciones (o trabajo, o tesis doctoral, o por aquí lo que quieras…) solucionan algún problema?

  • ¿Individual,
  • colectivo
  • local
  • global?

Personalmente estoy cansado de ver como muchas acciones aquí y allá (de personas o colectivos cercanos o lejanos), son pura pose, como decía Alfredo de Hoces:

Esta misma servirá -cogió una caja verde de la estantería superior y la abrió-. Progresista multicolor. Abrimos la caja y en el folleto explicativo encontramos la descripción: “Adelántese a todos en pensamiento con el kit progresista multicolor. Pro legalización del cannabis, vegetariano, poeta y pintor a tiempo parcial, benefíciese de una imagen culta a la par que bohemia y un irresistible halo de misterio. Tiempo estimado de preparación: cuatro horas”.

o purita publicicidad/marketing personal. Puf, que aburrimiento.

No, no quiero ser  ultrapragmático contínuamente. No pasa nada si realmente lo que hacemos incide poco o nada en nuestra realidad, o si solo lo hacemos por diversión, pero por lo menos, hagámonos estas preguntas antes de dejarnos la piel en tal o cual acción y no nos auto-engañemos o sobrevaloremos lo que hacemos. Y queridos amigos/as, no os enfadéis si no participo en tal cosa o tal otra, en tal encuentro, o en tal mani. A veces es que no me llenan, y otras es que no doy a más.

Bueno, también es verdad que a veces me equivoco en valorar el efecto de ciertas acciones, en otros casos simplemente no lo tengo claro, pero en muchas es obvio.

La última peli de Michael Moore, Capitalismo, una historia de amor, termina con un: Do Something, Haz algo.

No, lo siento, no me vale. Como decía hace poco en mi twitter: Estar en contra no es suficiente, hacer algo, tampoco. Necesitamos más imaginación y más hacks (de los de verdad) para generar cambios.

¿No sabes lo que es un hack? Bueno, para mi son esas acciones que solucionan problemas de una forma ingeniosa. Esas acciones que cuando te las comentan te entusiasman, te destellen en la cabeza por su frescura, ingenio, humor, picardía.

Hack, el verbo, es literalemente «cortar a hachazos». ¿Le das al hacha? o simplemente vas con el hacha en la mano y la camisa de leñador/a por la vida.

En resumen: No son tiempos para hacer cualquier cosa. Si tanta mente creativa se enfocara un poquito…