Fernando: Guarden los apuntes. No vamos a hablar de Rayuela. Terminen de leerlo los que no lo hayan hecho y léanlo bien, no se dejen engañar por la forma o por el humor de Cortázar: es la historia de amor más desgarrada que conozco.
Mientras habla se levanta de su asiento y se acerca a la primera fila de alumnos.
Fernando: ¿Alguien tiene un cigarrillo? Y fuego. Gracias.
Se lo dan, sorprendidos. Lo enciende mientras vuelve a su tarima, sin dejar de hablarles. Algún alumno pregunta si a partir de ahora se puede fumar. Fernando asiente con un gesto.
Fernando: Espero que sientan el mismo placer que sentí yo al leerla. Si no les mueve un pedo, los que se joden son ustedes.
Cuando termine el año casi todos serán profesores. De literatura no saben demasiado, pero es suficiente para empezar a enseñar. Eso no es lo que me preocupa. Me preocupa que tengan siempre presente que enseñar quiere decir mostrar. Mostrar no es adoctrinar, es dar información pero dando también, el método para entender, analizar, razonar y cuestionar una información.
Algunos alumnos lo escuchan con atención. Otros están obviamente distraídos o abstraídos en garabatear las hojas de un bloc de apuntes.
Fernando: Si alguno de ustedes es un deficiente mental y cree en verdades reveladas, dogmas religiosos o doctrinas políticas, sería saludable que se dedicaran a otra profesión, a predicar en un templo o desde una tribuna. Si por desgracia siguen en esto, traten de dejar las supersticiones en el pasillo antes de entrar al aula.
No obliguen a sus alumnos a estudiar de memoria, no sirve. Lo que se impone por la fuerza se rechaza y en poco tiempo se borra. Ningún chico será mejor persona por saber de memoria en qué año nació Cervantes. Pónganse como meta hacerlos pensar, que duden, que se hagan preguntas. No los valoren por las respuestas, las respuestas no son la verdad, buscan una verdad que siempre será relativa. Las mejores preguntas son las que se vienen repitiendo desde los filósofos griegos. Muchas ya son lugares comunes, pero no pierden vigencia: Qué, cómo, cuándo, dónde, por qué. Si en esto también aceptamos eso de que "la meta es el camino", no nos sirve como respuesta. Describe la tragedia, pero no la explica.
Hay una misión o un mandato que quiero que cumplan. Es una misión que nadie les ha dado pero que yo espero que ustedes, como maestros, se impongan a sí mismos: despierten en sus alumnos el dolor de la lucidez. Sin límites. Sin piedad.
Guión de Lugares Comunes (c) Adolfo Aristarain y Kathy Saavedra, basado en la novela El renacimiento de Lorenzo F. Aristarain
(c) 2004 Ocho y Medio, Libros de Cine
Me quedo sobre todo con este pedacito: «Pónganse como meta hacerlos pensar, que duden, que se hagan preguntas. No los valoren por las respuestas, las respuestas no son la verdad, buscan una verdad que siempre será relativa.»
que no es para nada chiquito en su enunciacion, que pinta y pone de manifiesto, obvio desde mi perspectiva, lo que deberia de ser la educacion, la educacion que nos interesa.
Para no desacreditar a los que suelen tildarme de nostalgico 😉 he de decir que este tipo de cosas me trae en primer plano a algunos de los troesmas con los que uno tubo suerte de toparse, aquel que sabia pararse en un pizarron y decir lo averiguo y se los cuento, el que jugaba con su curso y se permitia escuchar como se solucionaba tal juego, ese otro que en medio de un examen no dudaba en contestar preguntas con cualquier tipo de ejemplos y hasta casi explicando el tema de nuevo ayudando a razonarlo y encopntrarle la guelta, ese mismo que era capaz de jugar una guerra de tizas con nosotros!!!!
o la profe de hiostoria que nos invitaba a analizar los libros de hiustoria junto al diario del dia
en fin suerte que uno se topa con gente piola y que tiene un concepcto del ensear tan distinto de la media.
Vlad
el conocimiento es la duda, si la duda se salda ya no hay avance del conocimiento.
Tan asi?
osea que tal como esta podriamso decir que la duda en tanto al conocimiento es motor y freno?
menos mal qeu en este caso la misma es tan efimera como la felicidad, sino estariamos estancadisimos 😉
la giñadita del final…mmmmm… no creo que la felicidad sea esfimera, sino de corto tiempo.
duda, freno no, simplemente a veces tiene otros tiempos, algo mas lentoooo, se supone que en la duda los procesos siguen a otra velocidad.
«Despierten en sus alumnos el dolor de la lucidez. Sin límites. Sin piedad». Frase fantástica. Me faz lembrar Camus: «abdico de ser feliz para ser consciente». Mas o mais interessante me parece a idéia de uma pedagogia impiedosa, e isso, sim, me parece brutal e maravilhoso, contrária à pedagogia socrática e religiosa, um tanto mais condescentente… Um insulto, sim, e conhecimento como ácido, impiedoso. Horror! Horror!
El dolor de la lucidez. Ahí, creo, radica TODO lo concerniente al ser humano.
Una vez envenenados por ella (la lucidez) no nos abandona, y, nos marca los
pasos que daremos en adelante. La lucidez es dolorosa un tiempo, luego se
apacigua, pero de vez en cuando nos sacude y remueve nuestro fondo.
Your posting really strhagitened me out. Thanks!